El tiempo no pierde tiempo. Escribimos y vivimos los capítulos de nuestra vida con razonable consciencia, pero no siempre nos damos cuenta de cuándo los cerramos, ni con qué contundencia. Es mirando hacia atrás que percibimos lo lejos que estamos de quienes éramos y de quienes soñábamos ser en un momento dado. Tras releernos, sólo podemos aceptar pasar página. Lo contrario es sumirnos en el dolor, o estancarnos, o devenir melancólicos crónicos atragantados por el presente.
El tiempo no pierde tiempo; en las contrarrelojes, tampoco. Peyragudes cerró, salvo grandísima sorpresa, el principal capítulo del Tour de Francia: la lucha por el maillot amarillo. Tadej Pogacar refrendó en el concurso de vatios lo que ya había apuntado en las etapas en línea: es el más fuerte de esta Grande Boucle, sin discusión. Entre escaramuzas y contiendas ha acumulado cuatro minutos de ventaja sobre un excelente rival, Jonas Vingegaard, que a su vez está tres minutos destacado de su más inmediato perseguidor. Pese al aliciente marchito, el duelo persistirá porque ambos son competidores de postín y saben que son rivales históricos a la altura del otro. Cada Tour de Francia que gane Pogacar se suma también a la hoja de servicio de Vingegaard, que siempre podrá decir que se anotó dos veces la mejor carrera del mundo derrotando a uno de los mejores ciclistas de la historia para reclamar su propio hueco en el panteón de los inmortales.
El tiempo no pierde tiempo; la alta montaña continúa este sábado. Volvemos a Superbagnères, la estación de esquí a las afueras de Luchon que lleva 36 años sin recibir la visita del Tour y en cuyo palmarés lucen maillots amarillo como Federico Martín Bahamontes (1962), Bernard Hinault (1979) o Greg LeMond (1986). Antes de escalarlo, tocará afrontar Tourmalet, Aspin y Peyresourde: un encadenado tan clásico como extenuante. Será un día clave para la lucha por la Montaña, muy abierta pese a la inercia ganadora de Pogacar. Será un día clave, también, para la definición de este nuevo capítulo del Tour de Francia 2025.
