1960: cuando la Grande Boucle saluda a Charles de Gaulle

En los años de cambio de década, el Tour de Francia ha conocido cambios organizativos entre bambalinas, con un alcance que en ocasiones ha resultado decisivo y, en otras, anecdótico. El viaje en el tiempo propuesto por letour.fr continúa en 1960, precisamente en la penúltima etapa, cuando el pelotón recibe por primera vez la visita de un presidente de la República con motivo del paso por Colombey-les-Deux-Églises donde se encontraba el general de Gaulle. Este momento inaudito se vio marcado por la reverencia mutua entre el hombre de Estado y los campeones.

CYCLISME - TOUR DE FRANCE 1960 - 1960
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COLOMBEY LES DEUX EGLISES.
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CYCLISME - TOUR DE FRANCE 1960 - 1960 anglade (henry) de gaulle (charles) COLOMBEY LES DEUX EGLISES. fonds n/b le négatif est manquant expo bercy © PRESSE SPORTS
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CYCLISME - TOUR DE FRANCE 1960 - 1960 de gaulle (charles) fonds n/b expo bercy © PRESSE SPORTS

En el Tour de Francia 1960, la batalla deportiva deja, ante todo, un sabor amargo por las ausencias y los abandonos en cascada que limitan la competencia. Anquetil no acude a la cita, agotado por su glorioso Giro, mientras que el vigente campeón, Federico Bahamontes, abandona sin finalizar la segunda etapa. El equipo de Francia, de capa caída, pierde toda opción a la victoria con la trágica caída de Roger Rivière en la bajada tras el col de Perjuret en Lozère. A una semana de la meta final, no quedan contendientes tras la etapa de Aviñón para contrariar las ambiciones de Gastone Nencini. Mucho menos al inicio de la penúltima etapa, en la que arranca con más de cinco minutos de ventaja sobre el segundo, Graziano Battistini. Entre Besançon y Toyes, el pelotón deambula sin gran motivación, pero al acercarse a Colombey-les-Deux-Églises, se murmura que un espectador fuera de lo común podría aportar un peso histórico a esta jornada en la que no hay nada en juego.  

El general de Gaulle, que disfruta de una estancia en su propiedad familiar La Boisserie, se ha mezclado con el público congregado en las aceras del pueblo de Haut-Marnais para ver el paso de la Grande Boucle. Sin redes sociales ni teléfono móvil, Jacques Goddet recibe el aviso de esta sorpresa presidencial en el avituallamiento de Chaumont, a unos 20 kilómetros aproximadamente. Tiempo suficiente para transmitir el mensaje al pelotón, con una parada, puesto que la ausencia de fuga facilitaba una rápida neutralización de la carrera. Una vez in situ y sin bajar de su cabriolet, el director del Tour se convierte en portavoz para declarar que "El tour saluda afectuosamente al presidente De Gaulle".  Algo abrumado por esta ceremonia improvisada, el presidente aprovecha este encuentro para felicitar a algunos corredores, en particular, al maillot amarillo italiano, que tiene el honor de un apretón de manos y de unas palabras de aliento de un buen conocedor: "va a ganar el Tour".  

 

Con o sin traje y corbata, a pie de carretera o en un vehículo en pleno corazón de la carrera, la práctica de la visita presidencial se convertiría en un ritual del que Charles de Gaulle fue un lejano pionero.  

Ya se había asistido al paro del Tour de Francia por un paso de nivel, pero nunca por un espectador. En el plano puramente deportivo, esta parada, única en su género, resultará especialmente propicia para Pierre Beuffeuil. El corredor del equipo regional de Centre-Midi se había quedado atrás por culpa de un pinchazo, pero la providencia le hace un guiño con el rostro del general. Beuffeuil regresa al pelotón en Colombey y recupera la confianza. A 26 kilómetros de la meta, ataca en solitario y se adjudica su primera victoria en el Tour de Francia. "Siempre he votado por De Gaulle", tiene la delicadeza de declarar después de su victoria en Troyes.   Con o sin traje y corbata, a pie de carretera o en un vehículo en pleno corazón de la carrera, la práctica de la visita presidencial se convertiría en un ritual del que Charles de Gaulle fue un lejano pionero. Solo su sucesor, Georges Pompidou, no acudió al encuentro con los corredores, mientras que Valéry Giscard d'Estaing les esperó en París para entregar el maillot amarillo a Bernard Thévenet en la primera meta final en los Campos Elíseos en 1975. François Mitterrand hizo las veces de espectador/fotógrafo en una etapa en los Alpes en 1985 y Jacques Chirac, que acostumbraba a acudir a la cita como alcalde de París, siguió una etapa en Corrèze desde el coche de Jean-Marie Leblanc en el Tour de 1998.   A partir de Nicolas Sarkozy, ciclista en su época, las visitas presidenciales adquieren mayor regularidad... y una mejor organización. Algunos meses después de su elección, el sucesor de Jacques Chirac acude a la etapa de Briançon del Tour 2007, que ganaría el colombiano Mauricio Soler. En aquella época, la recepción de un presidente en el Tour empieza a inscribirse en un proceso mucho más riguroso que la de Colombey, como explica el director adjunto del Tour Pierre-Yves Thouault, encargado, entre otros, de preparar estas invitaciones especiales: "normalmente entramos en contacto con los servicios del Elíseo en primavera, para encontrar primero una fecha que cuadre en la agenda del presidente. Así se identifica una etapa de forma natural. Por ejemplo, François Hollande se desplazó en 2014 a la etapa de Arras-Reims, que pasaba por lugares conmemorativos de la Primera Guerra Mundial en el marco de las celebraciones del centenario de la contienda. Sin embargo, el año anterior introdujo cambios en su agenda para acudir a la etapa de Bagnères-de-Bigorre y apoyar a los habitantes de los municipios inundados por la crecida del río Garona un mes antes". Sea como fuere, la planificación de esta visita, que se mantiene en secreto el máximo tiempo posible, se ve analizada minuciosamente por las fuerzas del orden para garantizar la seguridad del presidente: "no se deja nada al azar", prosigue Thouault. Sabemos exactamente en qué lugar se posará su helicóptero y luego cómo se procederá a su evacuación al final de la etapa. Al mismo tiempo, debemos ser capaces de adaptarnos a cualquier modificación de última hora" El año pasado, Emmanuel Macron tuvo el honor de asistir a la victoria de Thibaut Pinot en el col del Tourmalet, mientras Julian Alaphilippe seguía paseando el maillot amarillo por el país. El Tour es una idea concreta de Francia, como podría haber dicho el general...


Descubra o vuelva a leer los episodios precedentes de la serie:
. 1950: divorcio a la italiana (5/10)
. 1940: el Tour de la ausencia (4/10)
. 1930: llega la revolución del Tour (3/10) 
. 1920: los "deportistas" según Desgrange (2/10) 
. 1910: el gran órdago de Alphonse Steinès (1/10)

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VELO (05/2003) mag (1206) du 23/07/2005 thevenet (bernard) giscard d'estaing (valery) merckx (eddy) © PRESSE SPORTS
CYCLISME - TOUR DE FRANCE 1998 - 1998
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CYCLISME - TOUR DE FRANCE 1998 - 1998 chirac (bernadette) leblanc (jean marie) chirac (jacques) © PRESSE SPORTS
CYCLISME - TOUR DE FRANCE 2014 - 2014
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CYCLISME - TOUR DE FRANCE 2014 - 2014 hollande (francois) *** Local Caption *** prudhomme (christian) L'(11/07/2014) © POOL
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