Eslovenia acapara los primeros puestos y Australia completa el podio, mientras que Irlanda y Suiza se imponían a su vez en la ceremonia protocolaria de los Campos Elíseos… en el Tour de Francia 2020 asistimos a un nuevo reparto de las cartas a nivel mundial. Francia, Bélgica, España e Italia, los cuatro países históricos del ciclismo, mantienen la superioridad numérica con más de la mitad de los corredores en la salida, pero se han adjudicado tan solo 4 de las 21 etapas, mientras que el resto de los países han visto emerger a sus jóvenes talentos. ¡Y menudo nivel!
UAE de amarillo… de principio a fin
Cinco corredores han lucido el maillot amarillo del Tour de Francia 2020 a lo largo de una secuencia atípica que empezaba con mucho movimiento y que nos deparaba un vuelco inesperado al final. El sprint de Niza, disputado tras una auténtica hecatombe, ofreció la victoria a Alexander Kristoff, y noruega se vestía de amarillo por primera vez desde Thor Hushovd (2004, 2006, 2011). Pero ese honor duró poco. Julian Alaphilippe volvía a ponerse el maillot que le había convertido en héroe nacional en 2019. Tres días después, el corredor galo, que se autoexcluía como posible ganador del Tour, cedía el tan preciado maillot amarillo a Adam Yates, tras recibir una sanción por un descuido. A posteriori, el gran favorito, Primož Roglič, se estará lamentando de haber mostrado tanta cautela con el maillot amarillo y de no haberse hecho con él hasta la novena etapa con meta en Laruns. Pese a no haber asestado el golpe definitivo, la estrategia del esloveno parecía demoledoramente eficaz, aumentando despacio, pero sin pausa su ventaja en la general sobre Tadej Pogačar (de 44 segundos en Puy Mary a 57 en Col de la Loze).
Pogačar cubierto de lunares
Ni Roglič ni nadie hubiera podido adivinar que Tadej Pogačar daría el recital al que asistimos en la crono de La Planche-des-Belles-Filles. La proeza del chaval de Komeda, sumada a la pájara de su compatriota, le otorgó una ventaja de 59’’, poniéndole en bandeja la 107ª edición del Tour de Francia. La víspera de sus 22 años, Pogačar se adjudicaba también, como es evidente, el maillot blanco, para el que no tuvo rival después del abandono de Egan Bernal. El maillot de lunares parecía estar destinado a Richard Carapaz, que se lo había arrebatado a Benoit Cosnefroy, hasta entonces a la cabeza de la clasificación del rey de la montaña. Sin embargo, el primer ecuatoriano presente en el Tour claudicó, al final, ante Pogačar.
La saga de Bennett y Sagan
Tadej Pogačar estuvo menos presente en la clasificación por puntos, en la que termina octavo después de hacerse con el número máximo de puntos en tres ocasiones. La gran sorpresa de esta carrera dentro de la carrera ha sido la ausencia de Peter Sagan, en una categoría que parecía dominar con rigor científico. Le faltó la velocidad bruta y la inspiración de años anteriores, lo que le impidió adjudicarse los puntos necesarios en las etapas de media montaña, quedando, además, relegado en Poitiers por una sanción sobre la que probablemente se siga debatiendo mucho en el futuro. El tres veces campeón del mundo de Eslovaquia se vio obligado a ceder la etapa a otros contrincantes. El pelotón, al igual que la naturaleza, aborrece los vacíos y Sam Bennett supo aprovechar la oportunidad. En cuanto se hizo con el maillot verde, fue a por todas, con una victoria de etapa en Île de Ré. El irlandés supo mantener a Sagan a raya hasta París, donde siguió los pasos de su famoso mentor Sean Kelly para hacerse con la victoria más importante, por el momento, de su carrera, en los Campos Elíseos.
Hirschi y los jóvenes al poder
Dos etapas y un maillot para Irlanda, un país con tan solo tres corredores inscritos; un resultado extraordinario. Más impresionante aún es el balance de Eslovenia, con cuatro etapas y los dos primeros puestos del podio, sobre todo teniendo en cuenta que la población del país es de dos millones de habitantes y solo cinco de ellos lucían un dorsal del Tour de Francia en la salida de Niza. Y ahí no acaba la cosa: el único kazajo del pelotón, Alexey Lutsenko, y el único polaco, Michas Kwiatkowski, han regresado a casa con su primer ramo de ganador de etapa. Por su parte, los australianos, con un contingente históricamente limitado, en este caso de dos corredores, tampoco han realizado el viaje en balde: Caleb Ewan se imponía en dos ocasiones, mientras que Richie Porte sube por primera veza al podio a sus 35 años y en su 10ª participación en el Tour de Francia. Además, entre los 10 nuevos ganadores de etapa, se abre paso la juventud, con Lennard Kämna y Dani Martínez, con 24 años; en menor medida, con Soren Kragh Andersen y, en mayor medida, con Marc Hirschi, 22 años, cuyo temperamento y potencia se han visto recompensados por una victoria de etapa y un trofeo al supercombativo del Tour. Seguro que Suiza asiste al aumento de su contador en los próximos años.
