Sinceramente, no tengo palabras. No pensaba que pudiera ganar hoy. Simplemente estuve intentando seguir a Dumoulin durante toda la subida. Fue duro, porque hubo muchísimos ataques en el pelotón, y por supuesto una cabalgada de Steven Kruijswijk. Sabía que tenía que ser el primero en la última curva si quería ganar, y por eso adelanté a Landa antes de ella y esprinté con toda la fuerza que tenía. No fue hasta unos segundos después que me di cuenta de que estaba ganando y me dije… “No puede ser que esté sucediendo”.
Quizá pueda mantener el maillot amarillo durante los próximos días. Pero esta carrera es tan difícil que quizá pierda 10 minutos un día de estos. Yo todavía sigo corriendo para Froome, él es el líder de este equipo. Yo no sé cómo reaccionaré a las tres semanas de competición: él probablemente sea el mejor de la historia en este tipo de carrera.
Me quito el sombrero ante Steven Kruijswijk: su ataque nos puso contra las cuerdas. También con Romain Bardet: sus ataques fueron durísimos.