Desde que cogió el maillot amarillo Geraint Thomas repite como un mantra que está en “territorio desconocido”. Que es la primera vez que disputa una vuelta durante tres semanas completas, que es la primera vez que es líder a estas alturas de la carrera. Una incertidumbre lógica, sí, pero que hasta ahora no parece haberle pasado factura, tan sólido que parece su liderato obtenido por la fortaleza de sus piernas, parapetado tras la firmeza del Team Sky y apenas atacado por la agresividad de sus rivales.
Este miércoles, decimoséptima etapa del Tour de Francia 2018, el territorio no será desconocido sólo para el líder galés: también para el resto del Tour de Francia. Los 65 kilómetros de la etapa esconden 38,3 de puerto puntuable entre Peryagudes (19,4km al 6,7%), Val Louron-Azet (7,4km al 8,3%) y el novedoso Col de Portet (16km al 8,7%), reputado por algunos como la subida más dura de esta Grande Boucle, una carretera que hasta hace dos meses ni siquiera existía y, por supuesto, nadie ha atravesado en carrera. Total: unas dos horas de subida en las dos horas y media de competición que se esperan. Como elemento definitivo, una parrilla de salida que dejará al pelotón sin recorrido neutralizado. Los diez primeros de la general provisional saldrán ordenados en una parrilla estilo motociclismo. Después habrá dos filas, del 11º al 15º y del 16º al 20º; seguidas de otra fila del 21º al 40º, y tres más populosas con 41º a 80º, 81º a 120º y 121º a 147º. Las posibilidades que esto abre a equipos como LottoNL - Jumbo o Movistar Team que tienen varios hombres en los puestos de privilegio son el picante extra para una etapa explosiva… y desconocida.
