“Es una gran alegría, porque hemos logrado cumplir con lo que nos habíamos pedido en la reunión del equipo antes de la etapa. Tenía carta blanca para meterme en la fuga. Una vez he conseguido el primer punto, sólo necesitaba un segundo para asegurarme el maillot de la Montaña y lo he buscado en el Mont Cassel. Es un lugar que conozco bien porque pasamos por allí a menudo en los Cuatro Días de Dunkerque. Sin embargo, me he movido demasiado pronto; Mattéo se ha puesto a mi altura, y hemos tenido que jugarnos el punto al sprint. En el golpe de riñón me he desequilibrado, se me ha ido la rueda delantera y nos hemos caído. ¡No sabía si había pasado la línea primero o no! Lo sucedido es culpa mía; he pedido perdón a Mattéo y, por suerte, él está bien. Yo me he hecho un poco de daño y sé que voy a sentirme incómodo dos o tres días, pero no es nada importante”.
“Es mi primer maillot de la Montaña, tanto en el Tour como en cualquier carrera, así que estoy súper contento. Ya veremos si es rentable coger la escapada mañana, pero por supuesto que me gustaría conservarlo”.
