No lo llamaría revancha, pero sí que es dulce la sensación de haber ganado hoy y recuperado tiempo en la general. Ha sido un gran alivio. Me siento mucho mejor ahora que ayer. ¿Quién no se hubiera preocupado después de lo de ayer? La actuación de Jonas [Vingegaard] fue increíble. Cuando Jumbo-Visma se puso a tirar en el Tourmalet, pensé: “Si pasa lo mismo de ayer, ya podemos hacer las maletas y volvernos a casa”. Por suerte, tuve buenas piernas y pude seguir su ritmo con comodidad. Luego, cuando vi que era el momento propicio, ataqué.
Diría que ahora mismo estamos a la distancia perfecta [de Vingegaard] en la general. Va a ser una gran batalla hasta la última etapa. Me gustaría dedicar la victoria a Urksa [Zigart, mi novia]. Hoy estaba en casa [después de su caída en el Giro Donne] y me ha dado toda su fuerza desde allí. Esta victoria es para ella.