Hoy partía con un doble objetivo: mantener el maillot amarillo y conseguir la victoria de etapa, ya que conocíamos bien el recorrido. Me he sentido bien todo el día y he dado el máximo hasta línea de meta, así que no tengo nada que lamentar. Mañana será otro día.
No puedo comparar mi estado de forma actual con el del año pasado, pero sé que me siento bien desde el principio del Tour de Francia. Hoy el equipo ha hecho un gran trabajo para controlar, porque nos interesaba, pero no podemos mantener este ritmo tres semanas. Pronto le tocará a otros controlar la carrera.