Me ha pasado como el primer día. Lancé mi sprint demasiado pronto y me encontré con un viento de cara que me ralentizó. Pero bueno: las ‘volatas’ son así, a veces hay que arriesgar.
Estoy feliz de llevar el maillot verde. Lo tengo sólo por un punto, pero procuraré mantenerlo muchos días. Tengo que dar las gracias a mi compañero Daniel Oss, que estuvo conmigo todo el día, escoltándome en el pelotón y protegiéndome del viento.