Ha sido un día duro, pese a que me sentía mucho mejor que ayer a nivel de sensaciones. Ayer estaba muerto en meta. Tenía miedo de no recuperarme del esfuerzo, porque normalmente en el Tour de Francia se paga caro el vaciarse en una etapa… Pero esta mañana era un hombre nuevo.
En el sprint intermedio me quedó clara la estrategia de Bora-Hansgrohe. Estaban intentando desfondarme, así que les dejé ir y traté de regular mis fuerzas. Sin embargo, en la subida larga me faltó solo un kilómetro para aguantar su ritmo y perdí mi oportunidad. No obstante, me siento bien porque lo sucedido hoy no me ha minado en exceso. Y, por supuesto, quiero dar las gracias a mis compañeros por el gran trabajo que han hecho hoy, como siempre.