A diferencia del año pasado, cuando una crono abrió la carrera, el 105º Tour de Francia comenzará con una etapa en línea. Aunque la travesía junto al mar puede complicar la carrera con ráfagas de viento, el recorrido predominantemente llano significa que la posibilidad de que un velocista sea el primero en la línea de meta de Fontenay-le-Comte y se haga con el maillot amarillo es muy elevada. Ya ocurrió en 2013 y 2014 en Bastia y Harrogate para beneficio de Marcel Kittel; también en 2016 en Utah-Beach-Sainte-Marie-du-Mont para alegría de Mark Cavendish. Los cuatro sprinters más prolíficos de los últimos años, Mark Cavendish (30 victorias en el Tour de Francia, Dimension Data), Marcel Kittel (14, Katusha-Alpecin), André Greipel (11, Lotto-Soudal) y Peter Sagan (8, Bora-Hansgrohe) estarán en liza. También dos que estrenaron su casillero la pasada temporada, Arnaud Démare (FDJ) y Dylan Groenewegen (LottoNL-Jumbo); y otros como Alexander Kristoff (Team UAE Emirates) ó Michael Matthews (Sunweb), que cuentan dos y tres triunfos respectivamente.
Hay otros aspirantes de campanillas como Christophe Laporte (Cofidis), John Degenkolb (Trek-Segafredo) o Magnus Cort Nielsen (Astana). Sin embargo, el contendiente más esperado no es otro que el debutante Fernando Gaviria (Quick Step Floors), colombiano ganador de cuatro etapas en el pasado Giro d’Italia. “Voy a estar rodeado de los mejores velocistas del mundo, todos con el mismo objetivo. ¡Así es difícil no estar nervioso!”, explica entusiasmado. Es un desafío de altura para el corredor colombiano: el único de sus compatriotas que se ha vestido de amarillo en la historia del Tour fue Víctor Hugo Peña en el año 2003. Un sprinter puede acabar con 15 años de espera para el país de los ‘escarabajos’…