Alpe d’Huez : Tierra de Francia? (5/5)

EL TERRENO DE JUEGO

Desde demostración en solitario de Fausto Coppi en la 9ª etapa del Tour de 1952, salida entonces desde Lausanne, la subida al Alpe d’Huez ha servido siempre como trampolín hacia la gloria para los corredores, una rampa que fabrica éxitos y reconocimiento, ya sea en holandés o en italiano. Pero nunca hasta ahora este puerto mítico había estado tan cerca de París, al menos en la geografía particular que establece el Tour de Francia.

Este año, la subida por la ruta de las 21 curvas tendrá lugar 24 horas antes de la llegada a los Campos Elíseos. Y esta tensión final también se acentuará por el formato dinámico que tiene la etapa. Aunque su recorrido se haya modificado, privando a los ciclistas del paso por el Puerto del Galibier por un desprendimiento, el nuevo trazado invita a los titanes a atravesar el puerto de la Croix de Fer sobre una distancia que ronda los 110 kilómetros. La distancia invita a los ataques desde lejos pero la última batalla puede librarse en los últimos 14 kilómetros donde, probablemente, se repartan los puestos finales y se decida la jerarquía final del podio.

EL FOCO SOBRE…PINOT, BARDET, ROLLAND…

La etapa del Alpe D’Huez será la última cita de los grandes protagonistas del Tour de Francia. Sin duda, una de las mayores batallas entre escaladores de esta edición 2015. A falta de un favorito francés que genere unanimidad en las apuestas del Maillot Amarillo, la delegación de corredores galos se presenta con algunos de los mejores escaladores del planeta ciclismo actual.

Mucho antes del Tour 2014, un joven del Europcar había abierto la veda y dado los primeros signos de una renovación en el ciclismo francés, imponiéndose con brío sobre Alberto Contador y Samuel Sánchez. Desde ese Tour 2011, la confirmación de este nuevo impulso del ciclismo tricolor se ha mantenido por parte de Pierre Rolland, cuyas piernas responden siembre en los Alpes (etapa en Toussuire – 2012- y cuarto en el Giro 2014…); pero también por parte de la generación que le sigue, cuyo talento se reveló al más alto nivel en la pasada edición.

Thibaut Pinot ya tuvo su momento de gloria en los Alpes suizos en 2013 con una victoria en Porrentruy, pero esta vez tiene ante sí una configuración muy distinta y es probable que tenga que jugarse muchas cartas en esta vigésima etapa. Su estatus en la jerarquía de los escaladores ha evolucionado en los últimos tres años así como su legitimidad como pretendiente al título después de su tercer puesto en el Tour del año pasado.

Si Pinot se impuso con autoridad en la etapa reina del Tour de Suiza hace algunas semanas, su alter-ego en AG2R también ha seguido con su progresión desde su sexta plaza en el Tour 2014, hace un año. Atacante con temperamento, Romain Bardet no duda en posicionarse como co-líder sin dejar de lado su perfil más guerrero y su instinto para ganar etapas. El golpe de efecto en Pra-Loup (Critérium du Dauphiné) podría repetirse…y, por qué no, en los Alpes. El benjamín de la nueva generación dorada francesa, Warren Barguil, también va sobrado de talento. El bretón ya dio un golpe de autoridad en su primera grande adjudicándose dos etapas de la Vuelta 2013. Pero…¿qué más sorpresas nos tiene preparadas para este mes de julio?

LES SEGUIRÁN DE CERCA…

Las opciones franceses en Alpe d’Huez están ahí y no será la primera vez. En el Tour de Francia de 2013, Cristophe Riblon ya dio la campanada en lo más alto de la cordillera. Sin embargo, también es probable que el primer plano esté monopolizado por los favoritos que busquen estampar definitivamente su nombre en el Maillot Amarillo 2015. Las previsiones son inciertas, pero algunos de los señalados ya han demostrado sus habilidades en etapas de montaña que cierran el Tour, empezando por Vincenzo Nibali en Hautacam el año pasado. En la edición anterior, fue Nairo Quintana el que se lanzó al asalto de la 2ª plaza en la general, el maillot blanco y el maillot de lunares en los altos de Annecy, en Semnoz, una etapa que también se disputó la víspera de la llegada a la meta parisina.

Y cuando hablamos de terrenos montañosos es difícil excluir a Alberto Contador, que se impuso en Alpe d’Huez en la Dauphiné 2010 pero nunca en el marco del Tour; igual que Chris Froome a quién, seguro, no le importaría incluir a los Alpes en su lista de victorias de prestigio tras su conquista del Mont Ventoux en 2013. Todo va a depender de la frescura con la que lleguen a esta cita crucial, la posición en la que estén en la general y la configuración que planteen sus respectivos equipos. En cualquier caso, no serán candidatos a la victoria lo que falte. En la recámara siguen Tejay van Garderen, Rafal Majka (maillot de lunares 2014), el joven líder de Lotto-Jumbo Wilco Kelderman, el escalador por excelencia del equipo africano MTN-Qhubeka Louis Meintjes, el que en su día fuera campeón del Giro de Italia, Ryder Hesjedal o su líder, Andrew Talansky. Suma y sigue.

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