“He tenido muchos sentimientos diferentes en este Tour. Mi ambición inicial era la de ganar una etapa. Lo intenté varias veces pero no lo logré. Mi otra meta era la de ganar la clasificación de la montaña y eso sí que lo concreticé. Con la combatividad me llevo dos premios. Eso prueba que he estado presente cada día y que con mi equipo hemos movido la carrera. Al subirme en el podio, con mi esposa Claudia y mis dos hijos, la emoción fue increíble. Ya había terminado el Tour pero no había vivido todo este protocolo. La batalla por la camiseta amarilla ha sido larga. Ha sido muy exigente ir a buscar esta camiseta y poder conservarla. Soy el primer italiano, después de Claudio Chiapucci , en lograrlo y eso representa mucho. Cuando lo veía en ese entonces en las carreteras del Tour, son imágenes que me dieron ganas de lograrlo algún día.”

