Después de estar sin equipo casi todo el invierno, esta victoria es muy especial. Israel-Premier Tech me llamó a última hora para darme una oportunidad y para mí fue un auténtico golpe de realidad, por cuanto me hizo darme cuenta de que hay que darlo todo en cada oportunidad que tienes. Y en esas estoy, tratando de aprovechar cada ocasión que se me presenta, corriendo cada carrera como si fuera la última. En las cuatro etapas iniciales he tratado de aportar lo máximo posible a mi equipo. Hoy, el director me ha encargado entrar en la fuga porque tenía opciones reales de llegar a meta. Ya había logrado algún triunfo escapado en La Vuelta, así que me dije: “Tal vez éste sea el día”.
Mis victorias en La Vuelta llegaron en sprints reducidos. La clave en ellos es calcular muy bien los esfuerzos. Cuando atacó [Neilson] Powless, especulé y dejé el peso a Edvald [Boasson Hagen]… y, a partir de ahí, prácticamente estuvimos sprintando desde que faltaban 800 metros hasta meta. Yo tenía las dos piernas acalambradas. Taco [Van der Hoorn] estaba por delante de mí y no sé cómo he logrado rebasarle. Tengo que volver a ver la etapa. Espero que las personas que me estén viendo desde Australia la hayan disfrutado.
Vine a Europa con 16 años y un sueño. Cumpliré 36 en el segundo día de descanso. 20 años después, el sueño se ha hecho realidad.
