Mi equipo trabajó muy bien para mí durante la etapa, pero en los kilómetros finales me vi separado de ellos y me encontré un poco aislado. Tuve que jugármela en solitario y seguir la rueda de los demás esperando el momento de lanzar el sprint. Había viento de cara y me encontré demasiado delante demasiado pronto. Intenté levantar el pie y retrasar mi sprint lo máximo posible, pero no podía perder más velocidad tan cerca de meta. En todo caso, estoy contento de haber conseguido limitar pérdidas.
No sé cuánto tiempo podré mantener el maillot verde. La carrera va a hacerse más y más dura conforme pasen los días.