Froome y sus rivales
No se puede realmente decir que se repita la historia. En cualquier caso, el estilo es muy diferente al de las dos primeras victorias de Chris Froome. En el pasado, un solo golpe bastaba casi para dejar sin opciones de un plumazo a sus rivales (Ax-3-Domaines en 2013; La Pierre-Saint-Martin en 2015). En esta ocasión, el líder de Sky se ha ido labrando la victoria con pequeños golpes destacando en nuevas modalidades en función de su estado de ánimo y las oportunidades. En la bajada a Bagnères-de-Luchon o en llano en Montpellier, Froome hacía gala de una clarísima superioridad con estilo y fuerza.
Con su liderato de la carrera afianzado tras los Pirineos, Froome supo controlar a sus rivales e imponerles una distancia de seguridad, pero sin privarse de pasar a la acción. Adam Yates, segundo durante seis días, no lograría representar una amenaza real a su veterano conciudadano, pero el haber aguantado el tipo en esa posición, así como su cuarto puesto final, a pie de podio, le han granjeado el título de la revelación del Tour. Un estatus que se ve concretizado en el maillot blanco, que defenderá el año que viene, con Louis Meintjes, siguiente en la general, con ganas de usurpárselo. El joven escalador de Lampre, que no paraba de mejorar durante la prueba, se ha convertido en el primer corredor africano en el Top 10 final (8º). Un joven talento al que habrá que seguir de cerca.
Por su parte, Bauke Mollema es un corredor de aspiraciones confirmadas, pero vuelve a toparse con viejos fantasmas. Su caída del 2º al 11º puesto en dos días recuerda de forma aún más dolorosa su experiencia en el Tour de 2013, que terminaría en 6ª posición después de ocupar durante mucho tiempo un puesto en el podio provisional. Por último, Romain Bardet despuntaba por su eficacia y originalidad, lanzándose a perseguir el segundo puesto en la general haciendo las delicias de los aficionados al ciclismo con su bello recital en la bajada de Domancy. A 4’05’’ de Froome en los Campos Elíseos, el corredor galo no supuso realmente una amenaza para el maillot amarillo… pero todavía tiene por delante sus mejores años.
Siempre resulta arriesgado intentar formular pronósticos sobre el futuro, pero resulta evidente que Bardet tendrá que medirse en la cita de julio con Nairo Quintana, corredor al que releva en el segundo escalón del podio. El colombiano sigue sin cumplir su “sueño amarillo”, pero aún no ha dicho la última palabra, con un tercer puesto para su tercer Tour. Jarlinson Pantano defendía también el orgullo patriótico colombiano al imponerse en Culoz. Y el equipo Movistar se ve recompensado por su esfuerzo colectivo con la victoria final en la clasificación por equipos, que sigue siendo su gran baza, así como la victoria de etapa de Ion Izagirre.
Las jornadas de amarillo de Sagan, Cavendish y Van Avermaet
Peter Sagan recordará el año 2016 por su gran cosecha. Se trata del primer año que luce el maillot de campeón del mundo, el de su primera gran victoria en el Tour de Flandes… y luego, además, lograr vestir su primer maillot amarillo en julio. Para lograrlo, el corredor eslovaco ponía fin a la sequía de victorias de etapa en el Tour desde 2013. Sagan, que no se sacia nunca, no se conformaría con su victoria “de oro” en Cherbourg. Impulsado por su visión de ataque total, proseguiría con su caza de puntos para adjudicarse un quinto maillot verde consecutivo. En su camino, fue completando la colección imponiéndose frente a los sprinters puros en Montpellier y ganándoles en su propio terreno en Berna.
Incluso con 7 etapas en su haber, Peter Sagan se queda clarísimamente a la zaga de Mark Cavendish. El sprinter británico ha tenido que esperar hasta su décima participación en el Tour de Francia para lucir el maillot amarillo, que se le escapaba al sufrir una caída en Harrogate en 2014. Casi por sorpresa, se daba el gustazo sin ningún tipo de miramientos frente a Greipel, Kittel y Kristoff en Utah Beach. No satisfecho con contar con uno en su vestuario, “Cav” demuestra a sus 31 años que vuelve a ser el amo del sprint, con 4 victorias en los 5 enfrentamientos masivos. Con 30 ramos conquistados desde 2008, Cavendish consigue, ante todo, la gran proeza de superar a Bernard Hinault en la clasificación de coleccionistas de etapas. Solo Merckx le supera con 34 etapas… ¡y nada más y nada menos que 5 títulos!
Entre los maillots amarillos prepirenaicos, el líder más sólido ha sido Greg van Avermaet, que pasaría tres días a la cabeza de la general. El corredor belga también lograba echar por tierra las disposiciones habituales para imponerse en una etapa de montaña en Lioran, en la que se esperaba el primer recital de los especialistas de la montaña. Tom Dumoulin dejaba también de lado su rol clásico para adjudicarse la etapa de Andorra-Arcalis, aunque el holandés volvería a hacer gala de su gran dominio en su especialidad, al imponerse posteriormente en la crono de la Caverne du Pont-d’Arc.
Van Avermaet y Dumoulin eclipsaban temporalmente a los escaladores, pero no han podido evitar que Rafal Majka fuera sumando puntos para conseguir el maillot del rey de la montaña. El corredor polaco aprovechaba las fugas como método para ir labrando su victoria, incluso en las etapas ganadas por los dos corredores anteriores. Al igual que en 2014, el escalador de Tinkoff aporta consuelo a su equipo tras el abandono de Alberto Contador, aunque en esta ocasión no logre ninguna victoria de etapa. Pero ya ha extraído lecciones para la próxima ocasión…
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27 julio 2016
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