“Ya puedo decir que estoy entre los ciclistas que se han enfundado el Maillot Amarillo. Ha sido increíble pero también estresante el tener que esperar al resultado final. Estaba temblando viendo a mis rivales desfilar uno a uno pero me hacía una idea de lo que podían hacer cuando les quedaban uno o dos kilómetros. Hice un entrenamiento antes de la carrera y pensé que tendría que correr en 16 minutos pero al final he logrado hacerlo en un minuto menos. Ha sido impactante. Nunca esperé lograr un Top 5 y mucho menos terminar entre los tres primeros pero siempre confío en mis opciones de victoria. No pensaba superar a Tony Martin y Fabian Cancellara en esta ocasión. Pero siempre esperas poder ganar. La velocidad media ha sido alta: más de 55 km/h. Es justo lo que necesito para animarme a buscar un nuevo récord de la hora.
“El calor no ha sido un problema para mí. He crecido en Adelaide…y todos los que vienen al Turn Down Under en enero también esperan una semana calurosa. Sabiendo que esas iban a ser las condiciones hoy aquí decidí junto con mi entrenador que después de la Dauphiné entrenaría entre las 14:00 y las 17:00 de la tarde a una temperatura que rondara los 35-40 grados para adaptarme a esas mismas condiciones en carrera”.
“Enfundarme el Maillot Amarillo en la primera etapa es un primer paso para experimentar lo que es la presión, los medios de comunicación, todo lo que gira en torno al Tour que es más grande que ninguna otra carrera. Es el primer paso hacia mi objetivo a largo plazo, que es ganar una Gran Vuelta pero todavía me queda mucho camino por delante”
“El equipo está aquí al 100% para apoyar a Tejay [Van Garderen] pero no quiero perder el Maillot Amarillo después de un solo día. Podría conservarlo dos o tres días o hasta la contrarreloj por equipos. Cuando más tiempo, mejor y supondrá menos presión para Tejay hasta que llegue la tercera semana y la carrera se centre solamente en él”.

