Tengo la impresión de que podía haberse producido una caída a 30 km de la meta. Siempre es posible. Corríamos a 60 km/h con el viento a nuestro favor y había espectadores, mobiliario urbano. Se palpaba ya cierto nerviosismo en el ambiente mucho antes de la llegada. Y sabemos muy bien que cuánto más cerca estamos de la meta, mayor es el riesgo. No hace falta gran cosa para provocar una gran caída. He tenido suerte y estoy contento de haberme librado. Pero no es nunca agradable ver cómo caen los demás. No se tiene más que un milisegundo para reaccionar, para ir a la derecha o a la izquierda o para intentar saltar por encima del que acaba de caerse.
Entrevistas
4 julio 2012
- 18:56
Fabian Cancellara: "Tengo suerte y estoy contento"