Al principio no estaba a gusto en cabeza del pelotón. Las carreteras eran muy peligrosas, en mi opinión; pasamos por muchos pueblos con estrechamientos y mobiliario urbano. No quería tomar ningún riesgo y decidí quedarme a cola del pelotón antes de los momentos decisivos. Cuando empecé a progresar en el grupo, me fui al suelo; perdí terreno y, sobre todo, perdí confianza de cara a manejarme dentro del pelotón y en el pavé. He decepcionado a mis compañeros al pasarme todo el día persiguiendo.
No ha sido el día que esperábamos en Jumbo-Visma. No obstante, incluso en el calor de la competición, hay que hacer un esfuerzo por cambiar el chip. Ayer apretamos en cabeza de carrera y hoy hemos tenido que apretar desde atrás. Estamos contentos de no haber cedido demasiado tiempo con Jonas [Vingegaard] de cara a la general. Me siento orgulloso de cómo todos los ciclistas del equipo se han implicado en el trabajo colectivo.
Ha sido una gran sorpresa para mí conservar el maillot amarillo. No lo tenía en mente; no tenía piernas. Está bien vestirlo un día más porque eso me permitirá disfrutarlo mañana en Bélgica.