“El Tourmalet es una de mis subidas preferidas, y encima está en mi cordillera favorita como son los Pirineos. Ya dije que iría al ataque, que daría el todo por el todo. Tenía que coger ventaja si no quería jugarme el triunfo con Pogacar y Vingegaard, que hubieran sido más fuertes que yo. Cuando he llegado en solitario a pie de puerto, había viento de cara. Pierre Latour no pudo seguir mi rueda en el descenso, y es una lástima. Mi táctica no ha funcionado de cara a la victoria de etapa, pero al menos me he divertido una barbaridad. Sólo quedamos cuatro del equipo en competición, pero queríamos brillar. Nos queda una oportunidad de victoria de etapa con Stefan Küng en la contrarreloj”
