Pensando en el Tour de Francia, la victoria de falta era lo único que me faltaba. He estado en muchas fugas durante los últimos años y hoy, Día de la Bastilla, por fin lo he conseguido. Al pasar la línea de meta sentí mil emociones distintas. ¡Ha sido una victoria mágica!
Cuando me vi en la escapada, con la gente que me acompañaba, sabía que ésta era mi oportunidad y tenía que aprovecharla al máximo. Hay muy pocas etapas como esta en un Tour de Francia y coger una fuga así es una lotería. En la última subida, sabía que Naesen iba a poner un ritmo sostenido y que debía quedarme a su rueda, aunque fuera fingiendo que iba un poco peor de lo que iba, para después apretar en los últimos metros y cazar al dúo de cabeza. Lo conseguí y luego logré aguantar el último gran ataque de Tiesj en el último repecho para después batirle al sprint.
