¿Un final para escaladores?

Intentaré defender el maillot amarillo en el Mûr-de-Bretagne”, aseveraba Greg van Avermaet (BMC Racing Team), pensativo, en la rueda de prensa posterior a la etapa de Quimper. “Pero me da la sensación de que es un final más bien para escaladores. Así que apuesto por Julian Alaphilippe”. Tal vez lo decía por echar balones fuera, por descargar responsabilidad sobre Quick-Step Floors, pero lo cierto es que uno de los 2 kilómetros de los que consta la subida final tiene casi un 10% de pendiente media que puede eliminar a los ciclistas más pesados antes de que lleguen esos 500 metros definitivos al 2,4% en los que podrían brillar. El hecho de que se el Mûr-de-Bretagne corone dos veces, con un paso extra a 16 kilómetros de meta, hará la etapa más difícil todavía para los velocistas y clasicómanos de más cilindrada.

Dos veces ha terminado el Tour de Francia en esta subida bretona. En ambas ganaron escaladores puros: Cadel Evans al sprint en 2011 y Alexis Vuillermoz, con un ataque que sorprendió a los favoritos, en 2015. Sin embargo, no es menos cierto que en esta última ocasión estuvieron en la disputa de la victoria tanto Van Avermaet, maillot amarillo, como Peter Sagan (Bora - Hansgrohe), maillot verde y ganador en La Roche-sur-Yon y Quimper. No obstante, podemos esperar de nuevo una presencia destacada de Alejandro Valverde (Movistar Team), Dan Martin (UAE Team Emirates) o Vincenzo Nibali (Bahrain - Merida)… y pequeñas diferencias en meta que trastocarán la general.

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