No sabía qué esperar. Ha sido un día duro y me alegro de que haya terminado. Chris Froome dijo por el pinganillo a 4 ó 5 kilómetros de meta que no se estaba sintiendo bien. Obviamente no le iba a atacar, pero me hizo entender que los demás también debían estar pasándolo mal. Seguí a Roglic y Dumoulin cuando aceleraron y al final arranqué en busca de la bonificación del tercer puesto, gracias a lo cual saqué también unos segundos extra de renta. Estoy en una posición buena, pero eso no va a cambiar la mentalidad con la que afrontamos este Tour de Francia. Seguiré haciendo las cosas lo mejor posible, no voy a dormirme. Seguiremos, también, corriendo en equipo. Ésa es nuestra fuerza. Quizá sea difícil de creer después de lo que pasó con Brad [Wiggins] pero Chris y yo somos sinceros y abiertos el uno con el otro. Ése es el secreto del éxito del equipo
